Qué hacemos con los recuerdos?
"All those moments will be lost in time, like tears...in rain. Time to die."
Blade Runner. Ridley Scot- 1982
¿Qué hacemos con tanta película revelada, con todos estos discos de pasta comprados en la Discotienda de Oro de Sabana Grande, qué hacemos con los recuerdos, a donde los mandamos...los jubilamos?
La nostalgia es hermosa, pero sobretodo, es inútil.
Toda esa bella manera artesanal y creativa de ver la vida ha llegado a un plano de anécdota, el pasado se nos confunde con la rapidez de un Mp3, sacrificamos la calidad por la inmediatez, el foreplay por el Viagra, el olor del libro por el brillo del iPad, el corcho de la botella por la tapa de rosca, un libro de Cohelo por las obras completas de Dostoievski, la poesía de Bob Dylan por la cursilería patética de Ricardo Arjona. El etcétera es largo, sorprendente y deprimente.
Creo que vivimos en el "Mundo feliz" de Huxley, en una super autopista de la tristeza coloreada por vallas comerciales de mal gusto, tenemos pastillas para cada estado de ánimo, tenemos canales para cada vacío creativo, tenemos unos hijos con padres sin tiempo, tenemos una vida que no tiene espacio para la vida.
El pasado, esa cosa borrosa y con olor a naftalina es quizás el tesoro mas preciado, el viaje sin retorno en primera clase y con asiento de ventana, esa vida vivida y plena que nos trae hasta el presente...veo hacia atrás y ruedo mi vieja filmadora súper 8: el éxito de mi padre, el amor de mi madre, el primer beso inocente, el segundo beso no tan inocente, el trasnocho, el rock and roll, la lluvia sin paraguas, el vodka malo en vaso de plástico, la playa que fuimos, el hijo que nos tocó la puerta y nos cambió el alma, la paternidad a tiempo completo, el éxito, el fracaso, el bisturí, las lágrimas, la risa bajo la nieve, la ira con sabor a mar.
Todo se traduce en recuerdos, no dejamos de existir cuando morimos, dejamos de hacerlo cuando ya nadie nos recuerda, cuando la tumba se queda sin flores porque ya no existe quien nos riegue lo que fuimos. No es una idea Nihilista, es un momento de reflexión cuando el espejo no refleja nuestra esencia, cuando abres una gaveta y sientes que tu vida completa está ahí...negativos arañados, cassettes enredados, libros apolillados por el olvido, fotos mal fijadas por la astucia del tiempo, retratos de un jamás, melodías encadenadas de aquellos años que nos marcaron la piel.
¿Qué le dejamos entonces a nuestros hijos, de qué manera le construimos una gaveta de recuerdos, como podrán recordar un beso, como podrán escribir una dedicatoria sobre un Mp3, sobre qué material podrán construir sus sueños?
No es nostalgia, es temor a que los que vienen se pierdan lo mejor que puede tener una vida.
El acto simple de vivirla.
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